Por todo lo que he aprendido de la curación de contenidos creo que no es exagerado
decir que se trata de un arte, el arte de encontrar, agrupar, organizar,
valorar y compartir on line el contenido más relevante de un tema concreto.
Es
un arte porque, aunque hay muchas herramientas de curación de contenidos, ésta la
tiene que hacer alguien y eso, cuando nos movemos en el mundo de las nuevas tecnologías, roza el arte. Por tanto, más que herramientas,
son asistentes a la curación, pero no la curación misma.
Lo
más característico de la curación es que aporta valor a la información que se
recoge.
En esto se diferencia de la agregación, que es
el acto de tirar de los contenidos de varias fuentes y publicarlas, sin filtrar
ni comentar nada, y sin aportar valor, si bien en algunos casos la agregación
puede resultar muy práctica; por ejemplo cuando se trata de contenidos
relevantes que se renuevan continuamente; como sucede con las informaciones
bursátiles.
Junto
a la curación y la agregación está el simple acto de compartir información.
Nos
podemos preguntar, por tanto: ¿curo, agrego o comparto?.
La
curación la tiene que hacer alguien, en nuestro caso el orientador u otros
profesionales que tengan entre sus cometidos buscar, seleccionar, organizar,
valorar y publicar una información específica; y exige estar constantemente al día de las noticias de su interés, convirtiéndose en una fuente
fiable y de calidad.
El
curador ha de ser crítico, saber discriminar, seleccionar y comentar.
Las
fases de la curación son las siguientes:
Recoger
la información: recorrer la web en busca de contenido que pueda ser relevante
para los usuarios.
Cribar
o filtrar la información: seleccionar aquélla que consideremos más adecuada
para su publicación.
Elaborar la información: examinar los contenidos seleccionados para adaptarlos, si
fuese necesario, al nivel de los usuarios, al formato de publicación, al tiempo
de lectura, etc. Son aspectos clave que pueden afectar directamente al éxito o
al fracaso,.
Distribuir
la información, teniendo en cuenta el medio de difusión y la hora.
Analizar
la curación efectuada. Para que el proceso de curación de contenidos esté
completo ha de realizarse un análisis de sus resultados.
En la tarea de organizar y clasificar visualmente nuestras fuentes habituales de información podemos ir de la mano de herramientas como Feedly, para después consultarlas según nuestros intereses, todas juntas o por categoría. Lo práctico es que en casi la totalidad de las ocasiones no será necesario visitar la web que publicó el artículo, pudiendo compartirlo.Como muestra, incluyo una captura de mi home.
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